¿Lis Cuesta se olvida de los cubanos que sufren mientras aplaude premios? ¡Mira el escándalo!

Lis Cuesta, la "no primera dama", ha generado revuelo al felicitar públicamente al reconocido titiritero Rubén Darío Salazar por un galardón internacional.

"¡Felicidades, querido Rubén, por tan valioso premio!" compartió Cuesta, resaltando la "grandeza" y el "humanismo" del artista. Sin embargo, la controversia surge por la aparente falta de solidaridad hacia los damnificados del oriente cubano, quienes enfrentan aislamiento, carencias hospitalarias y falta de soluciones tras las recientes lluvias. El contraste entre la celebración artística y la crisis humanitaria palpable en la isla ha puesto de manifiesto una desconexión, levantando interrogantes sobre la prioridad de la empatía frente a los reflectores.

El Foco en la Celebración vs. la Realidad

La reaparición de Lis Cuesta se dio en un contexto donde las comunidades orientales claman por atención. Mientras el arte recibe aplausos y reconocimientos, la gente común espera soluciones. La crítica subraya la ironía de un humanismo que parece reservarse para eventos y distinciones, en contraposición a la urgencia de la ayuda solidaria y tangible para quienes más lo necesitan en Cuba.